29.10.09

SILENCIO

de repente me quedé callado. es decir, no me callé, comencé a hablar para adentro, conmigo mismo. en un momento parecía que todo siguiera tal y como estaba, observaba a los demás mover sus labios, todos en primer plano y la verdad que emitían un sonido parecido a cuando estás bajo el agua. me di cuenta porque alguien me dijo "qué callado estás" apoyando su mano en mi hombro, además de su mirada en mis ojos, y porque me llamó la atención que ya nadie me respondiera. ¿qué iba diciendo? entonces pensé que a lo mejor no es que estoy callado, más bien no tengo con quien hablar. parece complicado pero no lo es en lo más mínimo, la cosa se reduce a lo siguiente: perdí las ganas de estar ahí y no me animé a decirlo por temor a parecer un soberbio o algo por el estilo. después de todo, mientras duraba la conversación, tenía la certeza de que aquello no conducía a ninguna parte, lo cual no causaría mayores inconvenientes si no fuera porque yo sí quería llegar a alguna parte. por lo menos ahora sé que quería partir y pronto. como suele sucederme en estas ocasiones, inventé que iba a comprar cigarrillos o a fumar uno a la vereda, algo así, anodino, y no volví más. no creo que me hayan extrañado, por mi parte tampoco les dediqué mis pensamientos más allá de la puerta.

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