25.10.11

LA RIGIDEZ

Primer plano de un dedo masculino bañado en helado de dulce de leche derretido. La cámara sigue al dedo mientras éste se introduce lentamente en los labios pintados de rouge de una mujer muy blanca. Con suavidad, el dedo realiza movimientos circulares, como si tanteara los dientes. Luego sale y con la mano apresa el mentón de la mujer, lo hace girar un poco hacia los lados y le da un golpecito aprobatorio demasiado débil. La boca de la mujer permanece entreabierta, brillosa, ensalivada. Se abre el plano. El hombre tiene aspecto de ejecutivo exitoso. La mujer, con un vestido de noche y tacos altos, está atada a una silla con los pelos revueltos.

Juanita observa lo que sucede desde la comodidad de su casa. Excitment web services es el vago nombre de una empresa dedicada a llevar las fantasías sexuales más jugosas a las retinas de millones de personas ansiosas y solas como Juanita. Hace falta tener una computadora, una cuenta en el sitio web y pagar unos pocos dólares para acceder a las representaciones en vivo de cuanta fantasía erótica quepa en la mente humana. Ahora mismo Juanita empieza a deslizar una mano debajo de su bombacha en busca de la mata de pelos que rodea sus labios. No suele masturbarse con frecuencia. Pero es imposible resistir la tentación ante la pantalla: la excitan las violaciones y el bondage. Su último novio la abandonó después de acusarla de pervertida. Nada que ver, apenas me gustan un par de cosas divertidas, nada raro. Juanita piensa que su peor defecto es la sinceridad. Por las tardes come galletas en su cama y mira el prime time de canal Sony. Por las noches llama por teléfono a su ex novio con la esperanza de descubrir la voz de otra mujer al teléfono. Ya te dije que no llamés de nuevo, no sé cómo no podés entender que no quiero saber nada de vos. Juanita dice que llama para no perder la amistad, la hermosa amistad que los une, que todavía los une. Juanita no sabe mentir muy bien. Sabe a la perfección que no existe tal cosa como una amistad hermosa con su ex novio. Mucho menos otra mujer. La sola idea de haber sido abandonada por sus propios méritos (o la escasez de ellos) le parece insultante, poco veraz. Tiene sus pequeños defectos, ¿acaso no todos los tienen? Si tan solo pudieran verse una vez más, la última. Él no quiere saber nada, ya se lo repitió un millón de veces. De acuerdo al registro de Juanita, no fueron tantas veces. Una gatita pasea por la cama, frotándose contra las piernas desnudas de Juanita. Esta sensación la hace sufrir de una manera terrible. Esas caricias deberían ser las de un amante. Por las madrugadas entra a Excitment web services, introduce su nombre de usuario, cumwithme_222 y la clave secreta. En el menú hay desplegados infinidad de etiquetas que conducen a videos antiguos. En otro menú figuran las últimas actualizaciones. Encima de este último hay un banner que anuncia si ese día habrá acción en vivo. Por lo general tiene suerte. Los usuarios registrados pueden, además de acceder a este servicio, participar de dos formas distintas. La primera, mediante los comentarios. Gracias a esta opción, el Administrador de la Sala del placer puede enterarse no solo de las opiniones de sus ‘clientes’, sino que puede conocer sus gustos y atender las sugerencias. Cuando lo cree conveniente, puede aplicar alguna de estas sugerencias al espectáculo en vivo. La segunda forma es sencilla: la participación como protagonista del espectáculo. El administrador elige de un listado de postulantes voluntarios aquellos que propongan las fantasías más originales, osadas y calientes. La mayoría de las veces se trata de modelos contratadas para la ocasión. Ellas se encargan de llevar adelante el show. Pero en ocasiones es alguien del público quien tiene la chance de aparecer frente a los ojos del mundo como el más pervertido ciudadano común. Un sueño de Juanita era ser filmada mientras su ex novio la torturaba. Imaginaba que la ataba con cinchas de cuero a una estructura de acero de aspecto militar, completamente desnuda. Con un spray de pimienta le rociaba el clítoris, luego le aplicaba hielo, le hacía un piercing y luego le atravesaba los pechos con agujas enormes. La sangre manaba despacito por su ombligo sudoroso hasta encontrarse con la sangre empantanada en el vello púbico. La escena culminaba cuando él bebía esas dos sangres y luego la trasladaba hasta la boca de Juanita en un extasiado beso.