23.2.10

A LA DESCALZA

simplemente llueve, se me hace que llueve en todo el planeta, que todo el planeta es eso que me falta conocer pero por lo menos conocì la lluvia. de pronto abrì los ojos pero como si no supiera volver. era de noche, llamè a la descalza con nombre propio y luego cerrò la puerta y siguiò su vida. a ella, a la descalza, va dedicada mi carne viva.
y ¿yo?
yo, el primerìsimo yo de cada dìa, ingresò a un territorio pàlido que no deseo porque es solitario y maldito. y yo estirè mi sangre encima de la mesa y despleguè contra la pared los jugos de mi cerebro. y yo quise decir. decir algo, por lo menos. en cambio vivì poesìa. e inclinè mi especie hasta el perro, mi color hacia la noche. afilè mis huesos contra la enredadera final y declinè mi voz, por fin, junto a las menesterosas bestias que se ocultan traslanoche.

1 comentario:

Anónimo dijo...

me encanto, Juán! Soy Marcelo Ahumada. Cómo me gusta lo que escribís y qué cercano me siento, inclusive, de entre todos aquellos, los antologados, el más. Por superstición o simple sugestión me domina decirte que está muy bueno, que llegará el corporizarlo,y dejes de ser una materia implosionada. Un abrazo.