10.6.10

EL TURNO (para ser leído con los gestos adecuados)

Me canso de hurgarle los agujeros, cuando creo haber removido todos descubro uno nuevo con olor a queso, un yacimiento de pizza, luego sale olor a mierda, le pregunto si le duele si le entro también por ahí, que me haga una señal cuando quiera que pare, pero leo en sus ojos un siga, siga que me entusiasma, le recomiendo que no grite demasiado porque me pone nervioso, hay gente afuera esperando y se pueden sentir algo incómodos, está bien si no quiere que hablemos, eso siempre facilita las cosas, pero no puedo permitir que me rasguñe, luego cómo explicar las lesiones, tampoco es conveniente si se pone rígida, me cuesta más trabajo y me toma mucho más tiempo cuando no se relajan, le explico todas estas cosas por su bien, para que luego no ande pensando que soy un sádico, la tranquilizo asegurándole que el sangrado suele ser común cuando se trata de agujeros como el de ella, bromeo al respecto mientras la tironeo un poco, tratando de que afloje, la acomodo bien contra el respaldo, hago un poco de fuerza, para adelante, para atrás, para adelante y para atrás un par de veces más y se la saco, naturalmente yo quedo satisfecho, nada me gusta más que acabar, es un alivio, ella de inmediato se pone a hacer gárgaras y le pido que no se la trague, mientras tanto yo me acomodo la ropa y me seco el sudor, luego le sonrío, me la coloco en la mano y se la muestro, se la pongo frente a los ojos para que pueda apreciarla, con gentileza la invito a que la agarre, ella amaga llevársela a la boca nuevamente pero le digo que no es buena idea, puede provocarle una herida, se conforma con mirarla y no se atreve a irse hasta que me ve llamar a la siguiente.

1 comentario:

gary coleman dijo...

vamo vamo argentina vamo vamo a ganá